Ayer l@s alumn@s de 2º de Bachillerato del Colegio Liceo Sorolla se sintieron vivos. Muy vivos. El Aula de Naturaleza de su cole les preparó una sorpresa.
En el recreo cada día charlan y comparten experiencias y anécdotas. Se forman grupos, como es normal. Se toman un bocadillo o una fruta y se relajan durante unos minutos. Está siendo un año exigente, con una agenda de estudios muy apretada.
El lugar preferido por la mayoría son unos bancos que hay en un bonito jardín situado en la fachada principal del Colegio. Muy bonito jardín. En medio de esos bancos vive un imponente Almendro. Un cuidado césped convierte en verde el suelo. Varios jóvenes prunos que por ahora tiñen de púrpura el lugar acompañan a los majestuosos pinos centenarios que han visto el nacimiento y el crecimiento de este Liceo Sorolla, donde las abundantes flores y los romeros, los tomillos y lavandas se encargan de los colores y los olores, y el sonido del canto de los mirlos, gorriones, petirrojos y demás pájaros completan la banda sonora de ese merecidísimo descanso.
Ayer no hubo descanso… Volvieron a los orígenes, volvieron a la prehistoria. Lo que queríamos. Se subieron y se bajaron de los Almendros, conectando con ellos, confiando es sus ramas, confiando en sus fuerzas. Cogieron sus frutos; es para eso, para tod@s, entre tod@s, y se los comieron mientras compartían anécdotas y experiencias como cada día, ahí en sus bancos, bajo los pinos, fruto para tod@s. El retumbar de las piedras contra las almendras competía con la banda sonora de cada día: mirlos, gorriones, petirrojos y demás pájaros; no competía, se fundía también con las risas.
Elaboraron zumo de uva de una forma especial, pisando la uva a la antigua usanza, trabajando en equipo, por supuesto, ayudándose unos a otros a entrar y salir de la bañera, pisando y manchando y pisando bajo los pinos. Pisando y pisando, entre risas, entre compañeros, miles de risas, oliendo a uva, compitiendo con los romeros, los tomillos y lavandas. Uva tinta, muy tinta. No competían, se fundían, se sentían vivos, haciendo esa cosa por primera vez. Fue divertido, en un exigente año, muy divertido, nos lo veíamos en la cara, ¡que zumo! ¡que color! nunca visto, no valía probar, ¡eso es imposible! estaba rico, exquisito, deliciosos, ¿sabéis que? ¡Sabía a Liceo Sorolla!