Desarrollando habilidades y competencias
Personalización en la Educación
En un mundo en constante evolución la clave para que un modelo de enseñanza sea exitoso es lograr la máxima personalización. El objetivo último de cualquier colegio es fomentar la autonomía del alumno y su capacidad de adaptación a cualquier entorno o realidad. Así, el colegio se transforma en un centro de entrenamiento de alto rendimiento en el que desarrollar habilidades y competencias para sobresalir y aprovechar las oportunidades que surjan a lo largo de la vida. Para lograr este objetivo debemos tener en cuenta 4 factores: profesores, metodología, evaluación y tecnología.
Los profesores deben tener formación profesional, pero también empatía y habilidad para desarrollar una acción tutorial adecuada. La metodología debe estar basada en la neurociencia y tiene que facilitar el proceso de aprendizaje del alumno. La evaluación debe adaptarse al ritmo y capacidades de cada persona y debe contemplar un universo de factores, indicadores y elementos. La tecnología será el factor definitivo para lograr entender y mejorar cada uno de los elementos clave en el proceso de aprendizaje.
Queremos formar personas seguras de sí mismas, con iniciativa y sensibilidad. Proponemos un modelo competencial y personalizado que se adapte a cada alumno y que desarrolle 4 destrezas fundamentales: habilidades de investigación, destrezas de pensamiento, trabajo en equipo y destrezas de investigación.
Personalizamos el aprendizaje en 5 áreas: metodologías de aprendizaje, ritmos de trabajo, evaluación, acción tutorial y especialización.
Nuestra metodología está basada en la neurociencia y el aprendizaje cooperativo, lo que nos permite un seguimiento individualizado de cada alumno y una mayor adaptación a los distintos estilos de aprendizaje. Por otro lado, el modelo de enseñanza basado en la novedad y la repetición favorece la creación y consolidación de conexiones neuronales. Las metodologías activas que utilizamos permiten que todos los alumnos aprendan haciendo, lo cual garantiza que cada alumno aprenda a su ritmo. En el caso de que algunos alumnos terminen antes, siempre se les proponen nuevos retos o tareas de gestión de aula. Y en el caso de que un alumno necesite más tiempo, nos adaptamos a su ritmo.
La evaluación es el elemento más importante a la hora de personalizar el proyecto educativo y adaptarlo a cada alumno. Sólo se aprende aquello que se evalúa, por eso nos basamos en un modelo mixto que evalúa aptitudes y actitudes. Dentro del área competencial (aptitudes) enfocamos nuestros esfuerzos en el desarrollo progresivo de destrezas y habilidades como la creatividad, el trabajo en equipo, la gestión del tiempo, el liderazgo, la comprensión, la construcción de ideas, el análisis, el diseño, la crítica constructiva, etc. La evaluación se adapta a cada alumno, pues exigimos un nivel distinto en función del nivel que demuestre cada uno en las diferentes materias. Una de nuestras premisas fundamentales es el esfuerzo y la mejora constante. Para nosotros, la actitud marca la diferencia en la vida de una persona. La clave es querer aprender, no rendirse y progresar poco a poco.